11/3/17

La Puntida


En el otoño pasado fuimos de excursión a la zona de Ajanedo. Mientras la familia paseaba por la pista que acerca a la aldea me dediqué a buscar la cueva de La Puntida. Depués de varias idas y venidas a lo largo de la carretera me fijé en una senda poco marcada pero evidente. Intuitivamente algo me dijo que era la senda que iba a la cueva. Subiendo por ella, al ver manchas rojas muy desgastadas, comprendi que estaba en el buen camino. Cinco minutos después estaba en la amplia boca de la cavidad. Me un paseo hasta la frontera entre luz y oscuridad. Hice varias fotos para montarlas en una sola toma hdr.
Varios meses después, el sábado once de marzo, volví a La Puntida. Llevaba una saca nueva, un mono de tela roja nuevo y una linterna de repuesto en la saca.  Además de conocer una cueva con vocación de gran sistema quería ver las posibles localizaciones fotográficas (para no espeleólogos) con limpieza de acceso y trabajo.
Inicié la visita recorriendo el perímetro de la inmensa sala-galería en el sentido de las agujas del reloj. Así fui descubriendo hermosas panorámicas mirando hacia la entrada. Los recovecos en el borde se sucedían sin dar ninguna continuación. Al llegar a la cumbre del caos de bloques vislumbre una salas grandes más allá  bajando en la misma dirección. Un fácil destrepe conducía a varias amplias salas concrecionadas  y excelentes para hacer unas buenas fotografías. En algún momento me pareció sentir aire. Pero fue algo más allá, siguiendo el borde, cuando encontré, en un caos de bloques, una flecha que indicaba un paso hacia abajo. Me arrastre, sin complicaciones, unos veinte metros entre los bloques. Se notaba claramente una corriente. Me encontré en una zona de roca madre con una gran grieta de un metro de ancha que descendía a unos 60º de inclinación. Un atractivo sitio que explorar.
De nuevo en la primera sala fui junto a la pared dejándola a mi izquierda. Encontré varias galerías sugerentes como marcos de un trabajo fotográfico. Además vi varias posibilidades de continuación que no seguí porque necesitaban cuerda o porque eran demasiado intrincadas para seguir solo. Por primera vez me estaba fallando la Stenlight, parecía un problema en el interruptor magnético. Poco después, desde la misma boca, al final a la derecha, una grieta daba acceso a un sector lleno de pequeños pozos y recovecos que no pude visitar de forma completa por falta de una cuerda.
Me pareció una cueva muy ilustrativa. Nunca puedes fiarte de lo que otros han mirado con una manera de mirar bien diferente a la tuya (y a la actual). Parece que hay unas cuantas incógnitas dignas de un trabajo sistemático. Y lo más práctico: varias localizaciones buenas, bonitas y baratas.
            El tiempo estaba primaveral y en vez de volver directamente a casa me paré en varios lugares a contemplar lo que había. Me había cansado y tenia hambre y sed. Compre unas cervezas Leyenda y unos aperitivos. En casa me entretuve con mis pensamientos que iban de un lugar a otro con mayor velocidad que la luz. Si duda esa es la forma de viajar más rápida y eficaz.

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